La terapia craneosacral es una de las 3 ramas principales de la medicina osteopática. Su práctica se basa en el principio de la autorregeneración común en todos los organismos vivos. Las manos del terapeuta producen el estímulo necesario para orientar el cuerpo de regreso hacia su estado de equilibrio saludable, cuando por sí solo no es capaz de encontrarlo.
Durante su aplicación se genera una agradable sensación para el paciente, motivo por el que es ideal para equilibrar estados emocionales alterados como la ansiedad o la depresión. Además, es una técnica capaz de incidir en tejidos muy profundos causantes de patologías como la migraña, la ciática o la sinusitis y alteraciones orgánicas como el insomnio o el bruxismo.